El miércoles pasado fuimos hasta el río, frente al Monumento a la Bandera, allí saqué unas fotos para este blog y Athos se puso a conversar con un muchacho que estaba remontando unos barriletes raros, varios en línea, atados. Athos le preguntó cómo se llamaban los barriletes y le dijo que eran “trenes”.
Como el muchacho era rosarino no era tímido, como ya lo dije antes aquí, por eso nos contó la historia: en octubre comenzó a hacer barriletes porque le pidió uno la hija de su novia, y como son caros decidió hacerlo él.
Al principio no sabía nada y sus barriletes no volaban, pero después investigó mucho y aprendió a hacerlos romboidales, exagonales, con forma de pez, de mariposa, y éstos, los trenes. Ahora se quiere dedicar a venderlos.
También nos contó la historia de su familia, que su bisabuelo salió de L’ Aquila, Italia, y Athos le hizo notar que en italiano los barriletes se llaman “l’aquilone”.
A mí me gustó la historia, su bisabuelo nació un pueblo que se llama L’Aquila, él, sin saberlo, hace l’aquilone.
El río Paraná desde Rosario

El mismo río Paraná

Los "trenes"

Pablo, el que construye barriletes