El viernes
29 de junio fui a la fábrica de pastas a comprar ñoquis. Allí estaban la
vendedora y una clienta que había tenido la misma idea que yo.
Mientras
yo encontraba los ñoquis y la salsa, porque los habían cambiado de lugar, oí
que las dos mujeres hablaban, pero no les presté atención.
Cuando
encontré las dos cosas me acerqué al mostrador donde estaba, del otro lado, la
vendedora y escuché que la clienta era la que hablaba.
–…Y no
me queda otra que ir a morir al chino. ¡Y claro!, porque el chino abre el
domingo a la tarde y el chino tiene abierto todos los días hasta las nueve y
media de la noche.
–Ah, el
chino –dije yo cuando me miró. Y eso fue todo lo que dije.
Observé
que la vendedora quería darle el vuelto y no podía, porque no la dejaba
concentrarse. La clienta había gastado $13,40 y había pagado con $100.
–¿Querés
los cuarenta?
–No, si
yo ya te di sesenta centavos –le dijo la vendedora.
–Ah,
los habré guardado. ¡Las veces que tuve que ir a devolverle cosas! Y yo me
digo: no, si son dos pesos; pero no es cuestión, me molesta salir de nuevo pero
se las devuelvo igual. Siempre me venden cosas en mal estado y cosas de la
heladera no le compro nunca. Pero no hay caso, ellos están cerca, ellos tienen
abierto, y yo voy a morir ahí.
En un
momento en que la clienta paró para respirar la vendedora le dio el vuelto, y
me cobró a mí. La otra mujer salió. En un momento me preguntó la vendedora:
–¿La
otra señora compró ñoquis solos?
–Sí.
–Bueno,
entonces le cobré bien.
Salí, pensando en la contradicción de la mujer que critica el supermercado chino pero le compra.
y yo también tengo que ir "a morir al chino" como dijo la señora... es que abren los domingos a la tarde, y sí, el Carrefour también, y el Coto,pero el chino siempre está "cerca"!
ResponderEliminarY que tal te salieron los ñoquis?
Puede ser contradictorio ir a comprar que se critica siempre, pero puede significar que no hay otra opcion. Lo que me pareció más significativo fue la conversacion o más bien monologo interminable, del estilo que aturde y molesta la concentración. Como la que necesitaba la vendedora para dar el vuelto, tanto que dudó si lo habia dado bien. Que capacidad para registrar lo cotidiano. Interesante entrada.
ResponderEliminarTal vez mas interesante que la que posteé yo.
Vane: Los ñoquis me salieron riquísimos, los hacen bien. Todos los 29 comemos ñoquis, a veces los hago yo, otras compro hechos crudos como en este caso y otras veces compro los platos listos en el bar.
ResponderEliminarYo también voy al chino, está más cerca que La Reina, pero no me quejo.
Besos.
El Demiurgo de Hurlingham: Yo llegué a pensar que la mujer no se iba a ir nunca, y creo que la vendedora pensó lo mismo.
Muchas gracias, y prometo ver tus posteos.
Saludos.
Ahhhh! lo que ocurre es que vos no leíste mi entrada de ayer en Siempre es primavera...jejeej!
ResponderEliminarBeso
Aquí en Perú, por alguna extraña razón que desconozco, TODOS los chinos abren sus restaurantes recién a las 12.30 pm antes no, y de ahí tenemos que esperar a que alisten las cosas para empezar a vender su chifa (aquí se le dice chifa a la comida china). Creo que por ello pocas veces se come chifa que se ha convertido como disfrutar de una novedad.
ResponderEliminarUn abrazo
Pero tiene razón a veces no te queda otra son los que más abundan y más amplio tienen el horario.. ahora sí, cuando en lugar de 5 centavos te dan el caramelo, me transformo!!!
ResponderEliminarMi mamá, se peleó una vez y no fue más, a "ese chino" al menos... jeje
Cariños
Los supermercados chinos son un viaje de ida (debe ser por eso lo de ir a morir ahí). Uno los odia, pero resuelven las cosas cuando nadie más lo hace.
ResponderEliminarUn saludo.