Vi pasar frente a mí la inteligencia, pero se movió rápido, dobló la esquina y se iba sin que pudiera alcanzarla.
Yo la quería para mí, la quería tocar con mi cámara, pero ésta estaba en su estuche y el estuche adentro de mi cartera. Fui bastante rápida, abrí la cartera, tanteé el estuche, saqué la cámara, la encendí y disparé en la oscuridad, ya que el sol me encandilaba y dejaba oscura la pantalla.